
LOS MILITARES TAMBIÉN TIENEN DERECHO A DESCANSAR Y LA CONCILIACIÓN
(Propuestas de MCF ante la jornada, horario, vacaciones, permisos, etc. de los militares)
El día a día de nuestra profesión está sujeto a una serie de guardias, servicios, maniobras, navegaciones, jornadas continuadas, operaciones, misiones en el extranjero, etc. En general, los militares no se rigen por la misma dinámica horaria que la de cualquier otro empleado público. Por lo tanto, una adecuada regulación de la jornada y los horarios, así como de las vacaciones y los permisos, es un tema crucial en el ámbito de derechos y de las condiciones de vida del militar. Sin embargo, la normativa al respecto se mueve entre la indefinición y la cesión al mando orgánico de la potestad de autorizar y organizar los legítimos descansos de los profesionales de las FAS. La falta de regulación específica para las distintas vicisitudes y el uso arbitrario de las prioritarias “necesidades del servicio” o “disponibilidad permanente”, términos usados recurrentemente que carecen de definición precisa, hacen que la norma se convierta en papel mojado en el momento que dejan a criterio del jefe de unidad el derecho a disfrutar de permisos, vacaciones, tener jornadas definidas u horarios concretos.
De igual manera, el militar carece de una justa compensación por extensión de horario, ni en el cómputo de horas se diferencian las horas diurnas de las nocturnas, ni las horas trabajadas en día laborable o en festivo, no se tiene en cuenta la peligrosidad o penosidad de sus funciones, derechos con los que sí cuenta el resto del personal de la Administración General del Estado, incluyendo las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad.
Desde Militares con Futuro alertamos que esta situación influye notablemente en la recuperación física y psíquica del profesional y también es trascendental en lo que se refiere a la prevención de accidentes laborales, teniendo en cuenta que los militares trabajan con equipos, aparatos y materiales complejos y peligrosos. No es compatible hablar de Fuerzas Armadas profesionales y a la vez contar con una regulación laxa y difusa de tiempos pretéritos, que hace que se disparen las horas anuales de trabajo, se dificulte el derecho al descanso, se ponga en riesgo la salud del militar y se vuelva una quimera la conciliación familiar. Es necesaria una regulación más precisa, que no deje en manos de la interpretación del mando su aplicación, acorde a la realidad del trabajo militar, que garantice su legítimo derecho al descanso.
Por ello en el programa de MCF incluimos una serie de propuestas al respecto:
-Realizar un cómputo y control de todas las horas trabajadas semanal y anualmente.
–Computar todas las horas realizadas durante los servicios, guardias, ejercicios, maniobras, operaciones, etc. Especial computación de las horas trabajadas con nocturnidad, días festivos, servicios de armas o durante servicios “no presenciales”.
-Establecer de una “bolsa de horas” que recoja las horas trabajadas que sobrepasen el máximo establecido para la Administración General del Estado. El número de horas que se acumulen en esta “bolsa de horas” deberán ser debidamente remuneradas o compensadas.
-Implantar un formulario único para todas las FAS de solicitud y resolución de vacaciones, permisos, reducciones de jornada y licencias, donde se comunicará por escrito al interesado la decisión adoptada y, en el caso de denegación por necesidades del servicio, la motivación individualizada.
-Regular expresamente la obligación de asignar horas de descanso diarias en los periodos de ejercicios, maniobras y misiones. En el caso de misiones, siempre que no pueda realizarse dicho descanso, se acumularán para su disfrute posteriormente.
-Adecuar los horarios y los descansos a la normativa existente en el resto de la administración para aquellos trabajos o servicios que se corresponden exactamente con los efectuados por otros organismos. Puede ser el caso, de conductores, bomberos, controladores, pilotos, etc.
Es cuestión de tener un gran músculo asociativo y fuerza movilizadora para que estas y otras propuestas puedan ser una realidad. De ti y de todos nosotros depende mejorar las FAS.